Los asaltos a las embajadas de Estados Unidos se suceden en un Oriente Medio loco con o sin Gadafis. Y es que la primavera la sangre altera, sobre todo si es árabe y andas tocando los turbantes. La mecha la ha prendido una película californiana en la que el profeta Mahoma es retratado como un golfo, un mariquita y a veces como amigo de los niños. Con esta excusa muchos han cogido la chilaba y se han ido de embajada en embajada. Bueno, antes los al qaedas habían asesinado a un embajador y la película no la había visto ni Abdul. Y aunque aquí el Vaticano nunca ha lanzado a la Santa Inquisición en busca de Lady Gaga ya sabemos cómo se ponen allí con estas cosas. Producir este tipo de bazofias mientras siguen floreciendo talibanes como amapolas crecen en Afganistán no es la mejor idea. Sobre todo cuando uno de los promotores de la película es Terry Jones, el reverendo fallero que se dedicaba a quemar Coranes. En aquel 2010 murieron 20 personas. Hoy aún no lo sabemos.
FUENTE: Si no lo oyes, haz click aquí