Al final la cabra siempre tira al monte que es lo que significa mendi en euskera. Illarra no sabemos a ciencia exacta qué quiere decir en la lengua del Olentxero pero bien pudiera resultar en el tan andaluz burto. Antes de pegar la espantada dejando un reguero de sudor sobaquero a su paso, Camacho descartó el fichaje de Xabi Alonso, enamorado como estaba en su lugar, del caudal de fútbol de un tal Costinha a la barbacoa. A Floren, que ha visto pasar desde entonces por el centro del campo a seres como el calvo Gravesen o al peludo García, se le encendió la bombilla con Illarramendi. Pensó que como también era guipuzcoano, rubio y jugaba en la Real, la jugada le iba a salir tan bien como con Alonso. Pensó en Emidio Tucci y acabó en chándal del Alcampo. Porque al campo le vimos salir bien poco. Carleto, cuyo segundo apellido es peligro, le puso el lauburu después de que el Dortmund le pasara por encima en el Westfallen Stadion. Lo difícil era salvar al soldado Illarra y nunca pudo coger ese helicóptero. Su defenestración llegó al punto de que en la final de la Champions el que jugó en lugar de Alonso fue Tronkhedira, que si ya es malo en plenas facultades, imagínense después de seis meses lesionado. Así anda la mayor parte del tiempo Coentrao que anduvo últimamente más desconcentrao de lo habitual. Será porque se marcha al Mónaco que empieza por “M” como Marlboro y como Mathieu. Se va Fabio.  Se va Asier. Al primero le echaremos de menos de copiloto de Cristiano en la rotonda de Valdebebas. Al segundo siempre le recordaremos. Aunque sea vestido de Batman huyendo de una vaquilla en los carnavales de Azpeitia. 

FUENTE: La Galerna