Dios descansó el  Séptimo Día, pero no así el Ser Superior que eligió, no un domingo cualquiera, sino uno veraniego, para defenestrar a Iker Casillas en una marcha del club completamente estrafalaria. Ya sabemos que a Uva de Oro nunca se le dieron bien las salidas. Aunque la cosa acabó en lágrimas de cocodrilo y ojos de búho de Carbonero, lo cierto es que Casillas es de estos futbolistas enamorados de los colores. Concretamente del color de los billetes morados. Así lo dejaron ver sin pudor ninguno en una poco decorosa entrevista los padres del propio Casillas, completamente fuera de sus Casillas. No sabemos si Iker ofició de ventrílocuo por aquello del Toma Moreno Florentino pero lo cierto es que lo de  mamá y papá fue una entrada en juego de tarjeta roja. “Mi niño se merece el Barça, allí son unos senyors” y la parroquia culé encomendándose a la Virgen de Montserrat en cada corner. “El Oporto es un equipo de segunda B” añade. Y los Dragaos metiendo el culo p´adentro para que no se les escapen las llamas. Más que una entrevista, una deposición, donde no les duelen prendas en admitir que sólo se relacionan con su hijo y su nuera vía cuenta corriente. Precisamente la corriente amenaza con llevarse por delante a SuperFloren. Casillas entona su penúltimo fado. Y Florentino teme dejar este mundo sepultado por el piperío Facundo. Tan es así que hoy ha montado una perfomance de esas que tanto le gustan. Más falsa que una Boda Roja con Walder Frey de padrino. 

FUENTE: El Mundo