Don Mariano va camino de convertirse en ese ente cincuentón que pulula por los afters y discotecas patrias acompañado de un grupo de veinteañeros cool a los que ha engañado para quedar por Facebook o por Whatsapp. Así, con sus coleguis Pablo Casado o Andrea Levy, Mariano se siente joven, jovial, juvenil y dinámico, cuando en realidad lo que hace es el ridículo. Y es que el de los chuches y Ken Sánchez confunden regeneración con acné. Creen que con un pequeño lifting pueden ocultar el retrato de Dorian Grey que se va dibujando día tras día en Ferraz y Génova. César Luena o Andrea Levy serán jóvenes. Incluso serán JASP. Pero no son auténticos. Al menos no tanto como el Ciudadano Albert o el Coletas. Son bebés probeta diseñados en los laboratorios secretos del aparatchik pepero y sociata. La guerra clon estallado ha que diría el maestro Yoda. En todo caso, desde el resacón del 24M lleva Don Mariano unas semanas prometiendo una fiesta de alto copete en Génova Club 13: con DJs, strippers, boys y papelinas. Y al final nos hemos encontrado a Arenas de pinchadiscos, a la Cospe agarrada a la barra americana, a Maroto recolocado tras el patatazo caliente vitoriano y sobres en lugar de papelas. El menú de siempre. Special of the day. El rancho. En realidad lo que quiere Don Tancredo Rajoy es recuperar el control del partido. Tal vez asuma que el gobierno de España lo tenga tan perdido como un piojo en la melena de Carlos Floriano.
FUENTE: El Mundo