Las prácticas mafiosas de nuestro políticos han dejado hace tiempo de ser cosa nostra. La siciliana, la arrabiata y la putanesca traspasan fronteras hasta la Pampa argentina. Sólo así se explica el esperpento de la Kirchner que ha puesto tanto empeño en silenciar el Caso Nisman como en convertir sus morros en cintas de lomo embuchado a base de inyectar botox. Como en su día el juez Falcone, el Fiscal Nisman está durmiendo el sueño de los justos. Al que remueve la mierda de las cloacas del Estado le muerden las ratas. No andemos con pelotudeces. En los 90, la Argentina andaba camino de la edad de bronce tiesa de combustible. Y para poder cantar aquello de dame más gasolina cambio petróleo por la impunidad de los espías iraníes que se cargaron a 85 judíos en 1994. Eso es lo que investigaba Nisman. Qué he hecho yo para que se me trate con tan poco respeto. Que parezca un accidente. O un suicidio. Aunque haya pisadas, huellas, pasadizos secretos y el secretario de Seguridad de la Kirchner llegue al escenario del crimen antes que la Policía, viste. Hace 20 años los Kirchner y el canciller Hector Timmerman, que suena a timo en Alemán, se cascaron un Homeland porteño por el oro negro iraní. Hoy todos están cubiertos de chapapote. Dicen que la Kirchner es de izquierdas. Pero en italiano derecha se dice destra… e izquierda, sinistra. O siniestra que viene a ser lo mismo.
FUENTE: TeInteresa
!Felicidades por la tira! Sí, pobres argentinos! Además de tener un gobierno que espanta a los inversores, esto ya es de película.