Ave María cuánta fumarían para inflar hasta un 230 por ciento las obras del AVE a Barcelona. Habrá sido por las prisas dicen. A todo tren, añado. Más madera. Y más panoja. El AVE vuela pero estos pájaros vuelan más alto todavía. Se llama la Operación Yogui, nos toman por Bubus y el tren no para en Yellowstone. Ya tiene que ser chungo el tema que el Tribunal de Cuentas, o de Cuentos, que habitualmente sólo investiga que hay para cenar esta noche, lo está inspeccionando. AVE qué pasa. Tampoco es para tanto. Euro arriba, euro abajo. Uno echa la vista atrás y ve que los técnicos tuvieron en la gasolineira de Pepiño Ministro de Fomento un buen ejemplo de circulación de sobres y maletines. Lleno por favor. Súper sin plomo. Plomizo resulta sin embargo pensar que fue Magdalena Álvarez el cerebro de la cosa. Si es que Maleni y cerebro pueden ir en la misma frase. ERE que ERE, las cantadas de la ex ministra, que hoy cobra más de 20.000 pavos al mes al frente del Banco Europeo de Inversiones, son cantadas de altos vuelos. Que les pregunten a los descontrolados controladores aéreos. Así carbura el Ministerio de Fomento del desastre. Si los ministros son tan listos, es normal que los encargados de la obra descarrilen. Como cuando viene a casa el fontanero y suma al desplazamiento de mano de obra, un recambio de la junta de la trócola, un bombín de acero inoxidable y un aislante isotérmico de humedades multivariables haciendo la factura digna de una noche loca en la suite del Ritz con siete mulatas brasileiras. A tope. Al 230%. Con lo que ha costado la broma espero que al menos hayan incluido carteles de advertencia en las curvas peligrosas. Mucha pasta pero AVEces nuestros trenes parecen salidos de la línea Nairobi-Mombasa.
 

FUENTE: El Mundo