Ya lo decía el bueno de Cicerón: “Legum servi sumus ut liberi esse possimus; "Somos esclavos de las leyes para que podamos ser libres”. Ya te digo. Ciceron, cuánta razón tenías mientras te dabas tus garbeos peripatéticos aristotélicos por el Foro Romano. Esclavo de la ley para poder ser libre. Sobre todo si eres un narcotraficante internacional y el principio de Justicia Universal made in Spain ha acabado acumulando tanta mierda como Pompeya. Tan pertinente es el latinajo de Ciceron, como la “Inyustisia” que clamaba Cristiano Ronaldo mirando al cielo de Donestk un verano de 2012. Como ha cambiado el cuento en Donestk, por cierto, donde rusos y ucranios ya se preparan para los mamporros. Pero, como diría Conan, esa es otra historia. Y otra tira. Volvamos al caso. Resulta evidente que a este Gobierno cateto lo de la Justicia Universal le suena a hipotenusa al cuadrado. Un ejecutivo geométricamente cuadriculado que entiende la justicia patria al estilo Frank Castle, El Castigador, cuando se trata de sojuzgar punkis y perroflautas compatriotas en escraches y manifas, pero un Gobierno asustadizo que desconfía de la ley cuando se trata de perseguir narcos, dictadores, terroristas o mafiosos que se limitan a disfrutar sus vacaciones en Marbella. Argumentarán que así ahorran en soponcios garzoniles al tiempo que limitan las giras internacionales de los jueces estrella a monólogo cañí del Club de la Comedia. En resumen, los marines que se cargaron a Couso seguirán degustando Big Macs en Wisconsin, mientras 16 narcotraficantes egipcios y sirios detenidos en aguas internacionales cuando transportaban más de 20 toneladas de droja en un pesquero sin bandera ya están en la calle tras tomarse la pastilla Matrix del Dr. Andreu y el Juez Bermúdez. Qué guapo. Ya lo saben, criminales del mundo, si no hace el mal en nuestro país, si no delinque contra españoles, vacaciones en España. Extorsione, asesine, trafique pero por favor, más allá del Pirineo, más allá del Estrecho. Los dos piratas somalíes del Alakrana tienen que estar flipando. Ay Mohamed, pa qué subimos al atunero.
FUENTE: El País
Este es el precio de los excesos. Antes lo juzgabamos todo,ahora va a resultar que cada vez menos.Esto en efecto, es un cassondeo, como diría el Beckam de Olvera, Txiqui...
Pacheco, famoso exalcalde de Jerez de la Frontera, ya dijo en su momento que la justicia en España era un auténtico cachondeo. ¿Era un visionario ? Mucho me temo que es mucho más que puro cachondeo.