A nuestros vecinos du nord no es que les vaya a venir la infantería, los tanques o la división aerotransportada. A los franceses se le avecina la Marina. De Jean-Marie a Marine se aproxima un Le Pen  como una morcilla de Burgos al culo de La France. Algo tendrá que ver Hollande que tiene de socialista lo mismo que Zapatero cambiando Constituciones a última hora.  Desde que es Monsieur Le President, la gestión de oui c´est moi François se resume en un doble crepe de l´amour con extra de caramelo. Quién lo diría, tan chanteur de la matin que parecía. El caso es que con La France a la deriva y Sarkozy ajustándose las alzas para volver a la NBA de la política patria, emerge con fuerza la figura de Marion Anne Perrine Le Pen, Marine, una rubia no muy legal que  parece una amable tendera de puesto de foie en el Perigord. Nada que ver con su padre, Juan María, cuyo rictus de estreñimiento parecía sacado de cierta película de Edward Norton. Así Marine ha vapuleado a François y compañía en las elecciones municipales y en consecuencia se viene arriba con soluciones para todos. También para Melilla donde propone una solución espartana: No les deis nada, arrebatádselo todo. Dice Marine que sin sanidad, educación y ayudas sociales, el negrito que huye de la Yihad nigeriana, el moreno que escapa de la guerra en Sudan o el mariquita de Uganda  no tendrían la ocurrencia de subirse al moro. Marine se define como anti europeísta y antiglobalización como cierto día hizo un ultrasur en un programa de Mercedes Milá antes de ingresar en el psiquiátrico de Guadalix de la Sierra. Algo así como ser liberal cuando quieres decir facha. Oh la, la Marine. Su hubieras coincidido en el tiempo con Jesús Gil y Gil hubierais hecho una bonita pareja. Y tal y tal. 
 

FUENTE: El Mundo