11-M. Once de marzo. Con “M” de matanza. “M” de moro. “M” de mentiras. “M” de medias verdades. “M” de María, José María, que aquel día se dejó melena, se hizo vigoréxico y se dedicó a cantares épicos autobiográficos. Aznar con “M” de Mío Cid. Y con Rajoy también, con “M” de Mariano, largo, corto, ahí lo dejamos. También “M” de majaderías y, cómo no, “M” de montaña. Ya lo dijo José Mari: los terroristas no están en montañas lejanas ni en desiertos remotos. Así que no piense en el Hindu Kush o las cuevas de Tora-Bora. Mejor atienda usted al Txindoki o los Monegros. Incluso Lavapiés. Tal vez hoy, diez años después de la barbarie, baje usted a comprar el pan y en lugar de una romanita se lleve a casa un arabito. O un paquete de goma-2 Eco. O una barrita de Tytadine. Incluso… Pufffff. Trinitrotolueno. Mucho arroz para tan poco pollo. Todo con tal de demostrar que la ETA, con artículo femenino delante como tanto gusta al ETAtologo tertuliano de pacotilla, coopera con los quedaos de Al Qaeda. Al fin y al cabo se dedican al mismo oficio. Piiii-Piiii-Piiii. Bai? Nor da? Allachu achbar. Eusko Gudariak gara. Inshalla. Agur. Diez años después algunos siguen mochila arriba, mochila abajo, más obsesionados con el tema que Pocholo. Demasiado Homeland, demasiado Sargent Broody. Ya saben, en caso de duda consulte con su Federico.
FUENTE: El País
Lo del 11 M ha sido todo un montaje de la derecha mediática española que no asumía la derrota electoral.Le importó un pepino el dolor de las víctimas,aunque , ahora, todos son golpecitos en la espalda. ¡QUE FARISEISMO POLÍTICO!
Hay políticos ,periodistas y medios muy brutos y muy tozudos. Parece que ahora quieren rectificar. Pero nadie asume ningún tipo de responsabilidad. Hay muchos tipos de responsabilidades. Pero donde dije digo digo Diego, son lastimosos.