José María del Nido siempre fue un pájaro de huevos grandes. El problema es que quiso llevarlos todos a su cesta y acabo siendo desplumado. Hoy parecen lejanos los días en los que Del Nido se sentía la Macarena, el Jesús del Gran Poder, la Feria, la madrugá y la Expo 92. Por no llamarlo Curro, José María se proclamó Giraldo del Sevilla Club de Fútbol. De acuerdo con sus propias palabras el hombre más importante de la tierra después del Papa. Un Sumo Pontífice del Sevillismo que llegó a amenazar a la fauna salvaje bilbaína: Del león nos vamos a comer de la melena a la cola, dijo. Y en la vieja Catedral se llevó un saco. Hoy ingresa en el talego. Las malas compañías. Prevaricación, malversación y fraude. La Liberté, Egalité y Fraternité del glorioso Ayuntamiento de Marbella. Pecata Minutas para el abogado de Julian Muñoz Pantojo, heredero del Emperador costasoleño, Don Jesús Gil y Gil, que Dios tenga en su gloria a lomos de Imperioso. Ya se sabe. El que a buen árbol se arrima, buena sombra, a la sombra, le cobija. Pero si el tronco es Cachuli, la cosa cambia. Sólo queda cruzar los dedos porque no haya un aaaaaarbol va,  te caiga una piña del cielo o un pajarraco te cague en el nido. Todo eso, a la vez, le ha pasado a José María, que esta sevillana y soleada mañana -con una gorra de sport en la cabeza para no deslumbrar a la prensa con la calva- y dos bolsas de viaje, ha ingresado en prisión. De poco ha servido la cuasi unánime petición de indulto del resto de presidentes de clubs de futbol de primera. Y eso que la carta incluía la rúbrica de todo un ser superior como el Tío Floren. En todo caso ahí está el fútbol español, casi en bloque.  Para proteger el establishement ibérico futbolístico del trinque y el tiki-atraka.  Es por eso que yo vengo a verte. Como siempre con bocata. En esta ocasión, con una lima, oculta entre lonchas de chorizo.  
 

FUENTE: El Mundo