Si lo de Siria se puso serio ahora ya es cosa de risa. Si no fuera, claro, por los cientos de miles de fiambres químicamente asesinados o ejecutados al modo tradicional. Que sería lo de menos pero va a ser que no. Que no. En este sentido, Obama ha resultado ser todo un calzonazos. Y cuando uno se viene arriba es cuando peores son los gatillazos. En la alcoba de las relaciones ruso-estadounidenses, Vladimir tiene que estar descojonado. Desde Rusia con amor. Qué hijo de Putin. El caso es que nadie sabe ni bien ni cómo, el Presidente KGB ha convencido a la Casa Blanca de que en caso de revolcón es mejor la Guerra Fría, casi frígida. Como en los viejos tiempos.  El plan maestro consiste en mandar  a los mamporreros de la ONU a recoger las armas químicas de Bashar Al Asad antes de que los bebés sirios del futuro- si los hubiere- nazcan con tres penes en la frente. Está claro que no hay nada como pedir las cosas por favor. Usted entregue el Quimicefa y siga tirando obuses. Vaya papelón diplomático. A Obama le hacen la cama y Assad sigue chupando del frasco, Carrasco, en su palacio de Damasco. 

FUENTE: El Mundo