Con tanto asesinato en serie lo de Siria se ha puesto serio. Ya era hora pero es que las cosas de palacio van despacio. Y más sí hay un yanqui en la Corte del Rey Arturo. O un negro en la Casa Blanca. Que vendría a ser lo mismo. Tanto le ha costado a Barack Obama salir de la cama como a Cameron, de la isla, liado como dando el peñazo en Gibraltar y tirando hormigón en el Peñón. Don Mariano, ni está ni se le espera. Lo mismo se da una Vuelta que se queda en el sobre. Y desde que sus enfants terribles se dieran un garbeo por Bamako y alrededores, François Hollande anda malí-to. Lo cierto es que el llamado concierto internacional suena peor que la Disco Movida Tony de la charanga de mi pueblo. China se china y la Madre Rusia lo mismo veta mariquitas que se mosquea cuando no es ella la que pega los misilazos. ¿Y la ONU? Ban Ki Moon, que es su secretario general y no un Pokemon, dice cientos de miles de muertos y refugiados después que hay que tener paciencia y seguir investigando. Mortadelo hubiera sido más rápido. La excusa oficial es que ese avinagrado pepinillo en vinagre con bigotillo, llamado Bashar Al Assad, ha utilizado armas químicas. Muy chungo. Tan chungo que los obuses, los bombardeos, los kalashnikovs, las metralletas, los fusilamientos, los lanzallamas y las minas antipersona ya nos parecen poco. Dice el Tio Sam que pasarán por allí con sus portaviones, disparara unos misilejos y se volverá pa´ Homeland. Pero ya se sabe. Se empieza con fuegos artificiales… y se acaba con traca.
FUENTE: EL MUNDO