A veces la escalera del Tour de la fama no pasa necesariamente por Guadalix de la Sierra. Y en ocasiones, a pesar de los escalones, se puede ir en bicicleta. A veces la exclusiva no procede de una garganta profunda en las cloacas del Estado. En ocasiones se encuentra en el ADN de un solomillo irundarra. A veces la primicia no sólo cuesta mucho cash sino que canta como Johnny Cash. Es el caso de Eufemiano Fuentes, el Doctor Mengele canario, que junto a las barritas de Capitán Iglo guardaba bolsas de plasma sanguíneo de famosos deportistas capaces de subir al Tourmalet comiendo un helado y sin sillín. No contento con salir de rositas de un juicio jeringado desde el inicio, Eufemiano se apunta al circo de la tele. Y la Caja Tonta, que para eso es tonta, se apunta al circo de Eufemiano. Be strong Eufemiano. El del método anti pájaras se ha revelado como un autentico pájaro. Su representante mercadea un escándalo estilo Oprah Winfrey por unas cantidades que oscilan entre los 60.000 y los 100.000 euros. Folletín por capítulos incluido bajo títulos del tipo ‘Cómo se gestó la primera medalla olímpica en Los Ángeles 84’, ‘cómo se prepararon los medallistas de Barcelona 92’, ‘Mi relación médica con los ganadores de la maratón de Londres’ o ‘Aquella Real Suciedad de Astiazaran que estuvo a punto de ganar una Liga’. Sólo faltan Madrid y Barça. Eso denunció Le Monde en su día y sería La Monda hoy. Pero esa es otra historia. Eufemiano prefiere centrarse en los suyo, dispuesto a darse una Vuelta por donde haga falta, cogiendo el Tour-o por los cuernos y reservando algún Giro sorpresa. Pensar que este hombre es ginecólogo. Seguro que si trae un niño al mundo, éste sale del útero como Jan Ulrrich. A mandíbula batiente en una cronoescalada.
FUENTE: El País
Lástima que el latín sea una lengua muerta y muy pronto wertgonzosamente incinerada.Los ninos del mañana no conocerán la máxima “Mens sana in corpore sano”. Y a ello contribuirá también esta fauna sin escrúpulos que desprestigia todo lo que roza.Ya lo importante no es participar,ahora lo que mola es ganar mucho dinero. Cómo y a costa de qué…,eso no importa.
A Sanvicenteño le diré una sola cosa: que Indurain seguirá de rositas para siempre. Es un símbolo nacional e intocable.
¡Ni Dios nos quita de encima la mancha del dopaje en España! Además este tipo amenaza con tirar de la manta, cuando es a él al que habría que mantear y echar del deporte para siempre.
Espero que el caso eufemiando sirva para que los juegos olímpicos vuelvan a pasar de largo de Madrid. Si es así, le hago un monumento a don Eufemiano. E insisto una vez más: Indurain sigue de rositas.
Es de vergüenza lo que ha sucedido con el juicio a este señor por llamarle algo en plan fino. Somos el hazmerreir de la lucha contra el dopaje y los buenos resultados. Si había sospecha en el deporte español, ahora ya no son sospechas son realidades tan evidentes que a la juez que los ha exonerado de toda culpa habría que demandarla por mala praxis.