Pere explorador ha descubierto el secreto de los incas. Pere detective ha revelado el misterio del perro de los Barkerville. A Pere no se le escapa una. Para estar a lo loro Pere sabueso no necesita cartas de amor inflamable de Chacón inmolación. Pobre Carme, quería mandar en el PSOE pero resulta que no manda ni en la Comunidad de Vecinos de la rambla del PSC. El que parte la butifarra allí es Pere. Que para eso está hecho todo un lince de la Empordá. Ayer, en el Camelot del Rey Artur, Pere encontró el Santo Grial de la política catalana. Pere descubrió ayer que el honorable president de la Generalitat busca la independencia de la naçió. Pere Premio Pullitzer. Pere Ojo de halcón. Al resto del planeta Catalunya y sus satélites esta historia les sonaba una mica. No en vano, llevamos eras soportando el peso de eones catalanes sostenidos sobre pequeños países y aldeas galas en la Europa de los pueblos, Pactos Fiscales, España nos roba y liadas varias en la Diada. Pero Pere todavía no se había enterado. Qué raro, porque las coge todas al vuelo. Aunque, en su caso, Pere vuele rasante en autogiro sin motor ni paracaídas rumbo al próximo piñazo electoral. Este Pere. Cualquier día aterriza de emergencia en la calva de Rubalcaba.
FUENTE: El Mundo
Claro Joan, España nos roba pero que nos compre nuestros productos para engrosar nuestros pingües beneficios y sean nuestros políticos catalanistas los que nos puedan robar de verdad. Arriba el victimismo...
Recuerdo que en una ocasión, en un campo de fútbol, una viejecita que se sentaba cerca de mí dijo indignada en referencia al equipo visitante: "¡Estos lo que quieren es marcarnos un gol!" Visto lo visto, debía ser profesora en la escuela de detectives donde estudió Pere Navarro.
La verdad es que con estos líderes lumbreras que el PSC tiene, este partido poco aporta a un país plural y nada sectario. Los catalanes, que no los catalanistas, no sólo hablan de pelas que es también importante. Pero pensar que Catalunya es un problema sólo de pelas es rizar el rizo.
Ahí, qué emoción. Estoy de acuerdo con Serser, ambigüedades, las justas. O estás, o no estás, pero que dejen de marear.