Si George Orwell levantara la cabeza y viera lo que ha hecho Telecinco con Gran Hermano se quedaría bien enterradito en 1984. Por Guadalix hemos visto desfilar metrosexuales de pecho y cerebro depilados. Hemos visto pasar damiselas neumáticas listas para entrar en boxes. Hemos observado enanos y travestis sin ser Juego de Tronos o una de Almodóvar.  Hemos padecido trasmisiones de fluidos bajo edredones con visión nocturna. Sin embargo lo que nunca habíamos escuchado es: debe abandonar la casa…. la ETA. Ésta es la última. Los concursantes de Gran Hermano 14 no sólo van a bolos. También van a manifestaciones. Aunque no las entiendan, supongo. Es el caso de una tal Argi- luz en euskera- que desde luego no hizo honor a su nombre. No vayas hacia la luz, Carolaine. Ya lo dijo Poltergeist. Pero  Argi fue y  sacó pecho -que es lo suyo en Gran Hermano- por acudir a una manifa y pedir que  vuelva la ETA. Cómo no podía ser de otra manera, la broma le ha estallado en la cara. Suele ocurrir cuando vacilas de terrorista. La AVT se ha indignado y Telecinco la ha expulsado. Pregunta y consecuencia. Pregunta, ¿qué hace la AVT viendo Gran Hermano en plan Torquemada? Consecuencia, los batasunis, encantados. Habían salido en el Telediario, Informe Semanal, Espejo Público y National Geographic pero, oiga, les faltaba Gran Hermano. De aquí a ver  a Jorge Javier con Arnaldo Otegi en plató hay un paso. Sálvame, soy un naufrago. Sólo nos falta un Diario de de la Milá buscando a Jacks y bamboleando las tetas para deshacer este entuerto. Como para fumarse un cartón de una sentada.

 

FUENTE: El Mundo