Artur Mas sigue loco por la música. Pero por la de las gaitas escocesas de los todavía hijos de la Gran Bretaña o por la txalaparta rock de las montañas vascas batasunis. La que no le gusta es la del Palau de la Música. De esa no quiere oír ni una nota. La corrupció no se toca. Resulta que las cosas de este palacio no iban despacio. Lo de Felix Billet, más que música era un cante: Un director de orquesta que se dedicaba a adjudicar obras públicas en perfecta sinfonía de comisiones al 2,5% para Convergencia. No me extraña que la Generalitat condecorara con la Creu de Sant Jordi a tan ilustre melómano. En total, les amics del Billet se han repartido al menos 35 kilos. Todo un expolio en el Camelot de Artur Mas. CiU, responsable civil a título lucrativo, pone su sede como fianza. Como salgan culpables, no tendrán ni dónde meterse. Y Oriol Pujol sin pasar la ITV.
FUENTE: Si no lo oyes, haz click aquí