Antes se oían tambores de huelga. Ahora, si acaso, alguna pandereta. Y tocando palmas, Rasca y Pica. O sea Toxo y Méndez. Aseguran que hay más motivos que nunca. Razón tienen y para llorar, desde luego. Como Apóstolos Mangouras, la cosa va de hundimientos. Lo gracioso es que este dúo anémico no se da por aludido. Estos piquetes no comen ajetes. La gente está hasta los mismísimos nísperos de la casta, de la Merkel y de los Tíos Gilito de una banca rescatada con el dinero de quienes mantiene cautivos. Pero aquí no se libra ni el sur sum corda. Incluidos estos sindicatos que nos tratan como mentecatos. Por mucho que Méndez, megáfono en mano, nos suelte un tocho y por mucho que Toxo se haga el cándido, esta rocambolesca pose superheroíca no se la cree ni Superpública. Feliz día de huelga. Y con la bendición del PSOE. Como si hubiera aterrizado ayer de una galaxia muy, muy lejana.
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