Debate sobre el Mal Estado de la Nación. Chungo. Como un yogur del Lidl caducado. Así se pasa el día en el Congreso. Entre el edén paradisiaco y el apocalipsis zombi. Entre la Marina D´Or de Don Mariano y la Seseña Fantasma del Pocero Rubalcaba. El presidente, tan contento. A pesar de las quiebras, la prima, los impuestos, los copagos, los desahucios, los millones de parados y, lo que es peor, a pesar de Miss España en concurso de acreedores. Al final algo aprendió de ZP. A ser un Feliciano. Y sin fumar brotes verdes. Es que oiga, el déficit está por debajo del 7%. Qué bien. Qué alegría. Para mandar a Ana Mato a comprar confeti. De los matasuegras ya se encarga Rubalcaba que es tan moderno como un candelabro en casa de Drácula. Muy apropiado teniendo a Jesús Posada a su espalda. Así, entre telarañas, empezamos perdiendo los papeles y acabamos hablando de Filesa y Naseiro. Los clásicos nunca mueren. Como las sonoras ovaciones de los diputados. Que aplaudir chorradas es gratis. Casi como el despido.
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Está claro que estos debates cada vez levantan menos pasión entre el sufrido telespectador.Coincido con Snowy que ha sido un auténtico pestiño, yo diría más un auténtico coñazo.¿Es esto la política? ¡Que Dios nos ampare!
Lo público que poco valor le dan nuestros políticos.No se dan cuenta que es el único aval que les garantiza su priviligiada posición.Hablan de la corrupción como de un ente abstracto que hay que cambiar.¡Son ellos a los que hay que cambiar!