¿Es un pájaro? ¿Es un ovni? ¿Un asteroide? Es Superman? ¡No! Es un avión en el aeropuerto de Castellón. Aunque bien podría haber sido un globo aerostático, en plan Willy Fog, porque ha tardado casi dos años en llegar y eso que venía de Valencia. Un 25 de marzo de 2011, Carlos Fabra -si sueñas, Loterías- inauguraba el único aeropuerto del planeta estrenado por unos coches de carreras. Casi 8.000 horas después, qué emoció en Castelló: aterriza un avión entre gran expectación: tres dotaciones de la Guardia Civil y una decena de medios de comunicación. No está mal para tener sólo dos hélices. De momento, pasajeros, ninguno. Si acaso, los seis de Pérdidos. Tiririririririrrín. En resumen; una ventolera que ha costado 150 kilos. Aviones no tendrá, pero tiene una estatua de Carlos Fabra. Abstracta, la escultura. Surrealista, el aeropuerto. Qué cosas. 1.200 vuelos de British Airberia cancelados pero a Castellón llegó un avión.  Ahora nos dirán que siempre vemos la botella medio vacía.

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