La verdad es que lo de Zabiullah Mujahid tiene mérito. Sin tele, sin radio, sin internet y sin tabloides. Sin suscripción al The Sun o al Daily Mirror. Por mucho que vivas en un adosado talibán en una cueva de Jalababad, te acabas enterando de todo. Dice el tarado de Zabiullah Mujahid que el Príncipe Enrique de Gales sufre un problema mental. Desde el diván del talibán, le dijo la sartén al cazo. Todo, porque al soldado del Ejército Británico Henry Charles Albert David, también conocido como Príncipe Harry de Inglaterra, Harry Petas o Big H para sus amigos en el frente, le ha dado por comparar su misión en helicóptero sobrevolando el secarral afgano con darle la Playstation. Allí se ha tirado cinco meses de Call of Duty y eso no hay muyahidín que lo soporte. Haciendo el indio con su Apache, Harry farda de cascar talibanes. Ratatatatata. Soy muy útil con los pulgares, dice. Si supiera el bueno de Zabiulla Mujahid lo que es capaz de hacer Harry con otras de sus extremidades acabaría por gritar Viva Las Vegas.
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La pena es que este chico no pueda ser el próximo rey de Inglaterra… ¡¡Lo que podríamos llegar a divertirnos!! Willow, ya se dedicó a esos “otros” menesteres. Concretamente en un hotelazo de Las Vegas, en el que todavía se acuerdan de la fiesta…
¡Que príncipe tan encantadooooor!Así me gustan a mí los príncipes,cargándose talibanes después del thé.Pero tiene un poco de incontinencia verbal,que se calle,bueno su dady debería explicarle que hay cosas que no se dicen y otras que no se hacen.
Las Casas Reales no están en su mejor momento,y no son bien vistas en épocas de crisis. Si además añadimos a que algunos de sus miembros se pasan tres pueblos y alardean de su virilidad, de ser muy macho, pues qué decir: apaga y vámonos.