Al final todos los caminos conducen a Zurich. También desde Génova. No tienes más que tirar de la Gürtel, que significa Correa en schweizerdeutsch, el idioma de las  tierras de Heidi. Así encontrarás a L.B., también conocido como Luis, El Cabrón. Mi tesssssorero. Haciendo honor al cargo, Luis Bárcenas acabó por amasar un tesoro de 22 kilos en una honorable entidad bancaria sucia, digo suiza. Lo más divertido es que L.B. contó un día al juez que viajaba mucho a Suiza porque estaba enamorado del esquí y el alpinismo. Lorelohohoi. Le faltó tomarse un Ricola para aclararse la garganta. Lo cierto es, que más allá del contraste entre las blancas cumbres y la negra pasta, la verdad es que Luis, el cabrón, escalar, escalaba un rato. No hace falta ser muy Sherlock para saber de dónde venía tanto euro. Si fuera Watson, ahora mismo me atusaría El Bigotes. Fíjese. Andaban excitados en Génova con la Suïssa de los Pujol, y al final son los mismos perros con distinta Correa.
 

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